No confundas un buen día con la salida del sol, ni una triste canción con un triste poema.
No confundas el latido de un amante con el deseo de las pieles.
No confundas al tiempo con el paso de los años ni al reloj con los límites.
No confundas tesoros con el brillo del oro, no confundas la venganza con el despecho ni la culpa con la memoria.
No confundas a la inocencia con la ignorancia ni al miedo con la oscuridad.
No confundas la fidelidad con el amor ni la lógica con la ciencia.
No confundas escondites con encuentros.
No confundas muerte con crimen, no confundas suspenso con finales abiertos.
No confundas cordura con normalidad ni locura con desvío.
No confundas al laberinto con lo perdido ni al misterio con los silencios.
No confundas lo que no ha sido con lo que pudo haber sido.
No confundas el entusiasmo con las oportunidades ni las necesidades con el vacío.
No confundas imaginación con lo que está por ser creado.
No confundas ver la luna con contemplar el cielo.
No confundas llanto con dolor.
No confundas al silencio con la ausencia ni a la pérdida con el abandono.
No confundas la fragilidad con la debilidad ni a la coherencia con la verdad.
No confundas a la desgracia con la suerte, no confundas la suerte con el destino.
No confundas elocuencia con genialidad.
No confundas atrevimiento con decisión ni confusión con duda.
Piensa, no confundas.
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