miércoles, 30 de julio de 2014

Soy



Soy la misma del espejo, soy la otra.
Soy mi desgracia y mi pena,
mi propia canción y arraigado poema.
Soy el hielo que duerme en esta cama y
la ceniza que duerme en otras, mi propia imprudencia
y mi sostenido grito.
Soy la princesa que ha perdido su zapato y el verso de un soneto.
Soy hábito y sorpresa, pobre de resistencia, mi propia fragilidad.
La desgracia que me sofoca y el júbilo que me empalaga,
la dueña de mi tristeza justa, mi desolación nocturna, mi pesar coherente.
Soy mi propia lógica y mi caudal de locura.
Es que no puedo ser otra. Quizá soy otra mientras ésta no se encuentra.
Soy mi propia pérdida, lo que debo, lo que he dejado atrás, soy el tiempo que me queda.
Soy calles de tierra rodeadas de pastizal y
también soy luces pequeñas de una ciudad infinita.
Soy testigo, culpable y víctima. Soy un poco del hombre que me descubrió, soy de aquel que erizó mi piel.
Soy personaje de Austen, párrafo de Borges, crimen de Christie y un cuento de Hemingway.
A veces soy amaneceres de un domingo. Algo de pensamiento, algo de vacío.
Soy la que yace, la que espera. Soy amargura y lujuria. La que deja, la dejada.
Un poco de mí misma, un poco de otros.
Soy mi injusticia y mis reglas. Mi propio juego, soy Reina y Peón.
Soy Londres por las noches, New York en madrugadas, París por las tardes, soy atardecer de montañas.
Soy lo que otros piensan, soy lo que otros ven. Mi propia mentira, mi elocuencia, mi desahogo.
Mi propia leyenda y algo de desilusión, la tormenta que invade mis calmas y una infinita imaginación.
Soy mi propio enfado y la discreción de mis delirios.
Mientras vivo, soy.





No hay comentarios:

Publicar un comentario