domingo, 25 de agosto de 2019

Limpiar no es tan complicado. Quizá lo sea.



Limpiar décadas de mugre necesita más escobas de las que pensábamos. Nos entrará polvo en los ojos, vamos a querer tomar mates para descansar un poco, pediremos escobas prestadas y deberemos desgastar las propias. Algunos pedirán a otros una mano y muchos levantarán la suya. En el medio, si prestamos atención, hallaremos humedad bajo finas manos de pintura, deberemos comenzar de nuevo. Seremos plomeros de cañerías rotas que no vimos a simple vista. Nos dolerán los dedos de fregar lo que estaba pegado, necesitaremos otros expertos. Romperemos parte del techo porque es la forma de encontrar los daños escondidos. Nos vamos a equivocar al tirar una pared y tendremos que revisar los planos y pedir disculpas. Pedir disculpas es un acto de valentía. Vendrán vientos de agosto que volverán a ensuciar algunos rincones pero se levantarán hasta los cansados. Ensuciar es un acto de cobardía.


Basta de metáforas y poesía. Simple:

  • Si criticas a los que viven en Recoleta, no lo hagas desde Puerto Madero.
  • Si quieres para el pueblo lo que es del pueblo, ansiosos esperamos lo robado.
  • Si te autoproclamas “nosotros, los trabajadores”, pregúntate qué somos los otros.
  • Si te adueñas de las calles, déjalas limpias.
  • Si tienes hambre, no desperdicies en fuegos artificiales.
  • Si te molestan tanto los empresarios, no vivas de ellos.
  • Si te tocaron el negocio de pauta oficial, aprende a cuidar lo que es de todos. TODOS.
  • Si una cloaca no te define, toma agua podrida.
  • Si una ruta no te da de comer, piensa en los que lograron llegar a casa.
  • Si estás herido por la política internacional, no trabajes para el extranjero, no viajes, no compres, no vendas.
  • Si admiras Cuba, no tomes sol en sus paraísos, camina la Habana.
  • Si amas el país, no te endulces criticando las nuevas rutas aéreas.
  • Si quieres aborto legal, te han dado la oportunidad de debatir.
  • Si no quieres aborto legal, te han dado la oportunidad de debatir.
  • Si tanto rencor tienes por los millonarios, guarda un poco para los tuyos, son muchos.
  • Si una cartera arrebatada te da impotencia, suma los bolsos, las tierras y las propiedades.
  • Si te crees dueño de la Plaza de Mayo, reparte las ganancias.
  • Si te cuesta entender que el Cabildo no haya sido escrito con aerosol, hablas bien de otros.
  • Si criticas a abuelos que van a marchas pacíficas, hablas mal de ti mismo.
  • Si prefieres ladrones, serás cómplice.
  • Si no crees que la corrupción mata, eres testigo y también culpable.


Cuando nos miramos demasiado el ombligo, levantamos la cabeza y nos mareamos. Quizá esa sea una de las respuestas: acumulación de mareos.


- Bienvenida la urbanización de Villa 31, donde más de la mitad votó en contra del Gobierno actual. Bienvenida sea la obra sin la necesidad de comprar votos.
- Bienvenida la lucha inalcanzable contra el narcotráfico, donde se tocaron negocios millonarios. Bienvenida la buena acción que resta votos.
- Bienvenidas las licitaciones para obra pública, les duele a muchos. Bienvenido sea perder los votos de la corrupción.
- Bienvenida la Televisión Pública sin alimentar productoras mal habidas. Bienvenido sea no sumar los votos de las garrapatas del estado.
- Bienvenidos los jueces, fiscales y abogados que hacen justicia. Haber perdido por amplia mayoría en las cárceles no debe doler, debe curar.
- Bienvenidos los maestros y profesores que no militan en aulas. Donde no hay educación militante se pierden votos pero se gana libertad de expresión y pensamiento crítico.
- Bienvenido sea el que aún cree que trabajar para el estado es un servicio público y no un estilo de vida.
- Bienvenidas las políticas que no nos hacen vivir de subsidios innecesarios. Hay que pagar con paciencia lo que nos robaron sin vergüenza.
- Bienvenida la reparación histórica. Estábamos cansados de endulzar jubilaciones de privilegio y jubilar personas que jamás aportaron.
- Bienvenida la baja en la tasa de mortalidad infantil. Claro, los niños no votan.
- Bienvenida la honestidad de índices de INDEC y Educación que transparentaron los errores que de ahora en adelante no debemos cometer. La verdad es un precio que hay que pagar.
- Bienvenidas las inversiones en Vaca Muerta, las exportaciones de gas y las energías renovables. Estábamos mal acostumbrados.
- Bienvenido el recorte del gasto público. A trabajar señores.
- Bienvenido todo lo que se hace sin apuntalar el voto.



Si el mundo vive desprovisto de pensamientos sustentables, nuestros hijos y nietos batallarán por una injusta historia. Claro, ellos, los que hoy no votan, no cuentan. Si todo lo que hacemos tiene que valer un voto, no hay estado, hay política barata y efímera. Volvemos a escribir la misma historia.

No confundan llamarse trabajadores con tener cultura de trabajo. No confundan la historia militar con el cuidado y la seguridad. No confundan el gobierno con el clientelismo.

Somos hábiles para exigir el cambio pero no para trabajarlo. Somos guerreros para proclamar justicia pero admitimos corruptos. Juramos en nombre de la Patria y la dejamos robar. Voto algunas equivocaciones y la capacidad de ser falible antes de la hipocresía, la mentira y la impunidad.

Al final de la historia, la democracia se define no sólo por lo que elegimos votar, también por cómo decidimos vivir en sociedad. Y si de elecciones hablamos, en palabras de Borges: “El día que el país eligió Martín Fierro en lugar del Facundo para libro nacional, eligió la barbarie”.

El más duro sacrificio de hacer lo que hay que hacer no es perder votos. Es hacer entender que no es gratuito. El debate no es político, no es económico. Muchachos, el debate es moral.