lunes, 20 de julio de 2015

Hoy el homenaje es a:







Los Bioy Casares que leen con cariño a los ciegos Borges.


Los Robbie que ayudan a los Batman a ser héroes.


Las Thelmas que jamás abandonan a las Louises.


Los Chandler que le pagan las cuentas a los Joeys.


Los Watson que confían en las locuras de los Sherlocks.


Los Masches que arengan a los Messis.


Los Elliots que aceptan la diferencia de los ETs.


Los Lennon que crean con los McCartneys.


Los San Martín que persiguen los mismos sueños de los Bolívars.


Los Burros que molestan a los Shreks.


Los Churchills que se unen a los Roosevelts.


Los Jungs que complementan a los Freuds.


Los Jerrys que entretienen a los Toms.


Los Woody que toman mayor fuerza con sus Buzz.


Los Jordans que, a pesar de su grandeza, siguen necesitando a los Pippens.


Los Forest Gumps que honran a sus Bubbas.






Porque las historias sin ellos jamás tendrán el mismo sentido.






martes, 7 de julio de 2015

El “mal de la chinche verde”


Ignacio sufre una enfermedad diagnosticada como el “mal de la chinche verde”. Hace doce años que separa la lechuga del tomate en los asados y ha regalado el helecho que tanto cuidaba en su balcón. Dejó de tomar mate una mañana fría de Julio, compra zanahorias y calabazas por sobre cualquier otra verdura, no entiende a quienes comen palta y no soporta el olor del perejil. A la novia de Ignacio le ha desaparecido una campera verde musgo y a su madre la ha demandado por excesivo uso de orégano en la salsa bolognesa. El mayor brote de la enfermedad lo ha demostrado hace cuatro años cuando en su taza de café con leche se posó una chinche verde. Cuentan los testigos que luchó contra la chinche con vehemencia y bronca hasta que logró arrojarla por la ventana.

Ignacio lleva ocho años sin hablar con su tío Hugo, un campesino que pasa sus días entre tractores y soja. Los médicos han detectado nuevos síntomas en otros pacientes y el caso de estudio ha sido publicado por los diarios más importantes del mundo. Sin embargo, Ignacio no ha respondido ningún comentario ya que no acepta su enfermedad. Cuando su mejor amigo le propuso hacerse tratar, le lanzó un puñado de acelga por la cabeza y luego se la hizo tirar.


El “mal de la chinche verde” es considerado un hecho histórico en el país y en últimas declaraciones, uno de los especialistas afirmó: “Esta es una enfermedad de alto índice de contagio y peligrosa para las próximas generaciones. Su mayor amenaza reside en la intolerancia”.