martes, 16 de diciembre de 2014
Pendiente
Esta noche escribiría la historia de un personaje que no dormía. Le pondría un nombre derivado de la mitología griega y la situaría en las cunas europeas de la literatura. Viviría en una cabaña alejada de la ciudad, bebería vino en cada cena y café negro en cada despertar. Llevaría su labial rojo en cada viaje, una boina negra cubriendo sus largos cabellos y un pañuelo azul en su garganta. Reposaría en las plazas a imaginar los diálogos de cada caminante y hablaría con extraños creyéndolos cercanos. Sería adicta a las castañas y las nueces, fumaría habanos baratos y compraría libros usados en una vieja librería de Montmartre.
Su cama tendría sábanas blancas sin necesidad de lavar, en su ropero colgarían corbatas de su amante viajero y en los espejos escribiría notas de qué comprar. Cocinaría pastas caseras y calmaría la ansiedad con baños nocturnos. Sería hija de inmigrantes polacos y tendría dos hermanos calvos. Viviría al lado de un matrimonio de ancianos no cansados de amar. Sabría de astronomía y enseñaría francés. Coleccionaría monedas extranjeras y apilaría zapatos pasados de moda. Espiaría tras las puertas y pasaría horas en un bar conquistando infieles. Maquillaría sus ojos con sombras oscuras, resaltaría sus ojos verdes y olería a perfume primaveral. Mordería sus labios sin intención de seducir y dejaría caer lágrimas en la completa oscuridad.
Escribiría la historia de este personaje pero hace tiempo que no puedo escribir, ya es tarde y aún no he dormido.
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